¡CONSTRUYE un ejército poderoso, MEJORA tus unidades y defensas, Y CONQUISTA la galaxia!
Libra una guerra interplanetaria en este impresionante juego de estrategia de guerra moderna. Dirige un ejército poderoso, prepara tus defensas y mejora tu arsenal en tu búsqueda por la dominación galáctica. El destino de la evolución humana está en tus manos. Elige el poder puro de los Terran o la tecnología superior de los Alterianos. ¡Sé el héroe que tu facción merece hoy!
CARACTERÍSTICAS
- ELIGE TU FACCIÓN con unidades, poderes y héroes únicos
- ÚNETE o LIDERA ALIANZAS PODEROSAS
- SIENTE EL PODER de un poderoso ejército de soldados, robots y tanques
- EXPLORA entornos magníficos y diversos
- CONSTRUYE tu base y CONQUISTA a tus oponentes
- DEFIENDE tu colonia de los ataques enemigos
- DISFRUTA de bandas sonoras estelares y actuación de voz.
- BATALLA contra miles de jugadores.
Nota: requiere una conexión de red para jugar.
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LA MEMORIA DEL HORIZONTE - 3445 d.C.
*** Recuperado de los restos de Perseo IV, designación de colonia UNC-426. Autor desconocido ***
…el sol quemó nuestro mundo y dejó ruinas de arena, consumidas por la guerra y el tiempo. Y así viajamos hacia el vacío, vagando sin rumbo en busca de paz y una segunda oportunidad en la vida.
La galaxia finalmente perdonó nuestros pecados, nos protegió bajo el calor de otros mil soles y nos alimentó con sus maravillas planetarias. Pero nunca olvidó nuestra verdadera naturaleza.
Años de dificultades trajeron un descontento generalizado entre las colonias humanas ahora dispersas. El cielo nos había dado la esperanza de un nuevo hogar... pero pronto la esperanza se convirtió en codicia, la codicia en odio y el odio en guerra. Las Guerras de Facciones, las llamábamos.
Las violentas luchas internas nos llevaron a los límites de la galaxia y a los nuestros. Allí nos estaban esperando. No les hicimos caso, el tonto mirando su dedo apuntando a la luna. No nos prestaron atención a nosotros, los poderosos dioses que no estaban interesados en las disputas de las hormigas.
Abandonados a nuestra propia suerte, nos reunimos una vez más bajo dos estandartes inquebrantables: nosotros, los Terran y… nosotros una vez más, los Alterianos. Sólo humanos, divididos por una montaña invisible e imposible. Terrans, todos tan ingeniosos, criados a base de sudor y grasa pero siempre mirando la línea más allá del horizonte. Alterianos... elegantes, avanzados, hermosos... pero tan inquietantemente obsesionados con el sueño de la perfección sobrenatural.
Las dos últimas Casas del Hombre se distanciaron, como hermanos resentidos en una lucha perenne sobre qué camino familiar seguir. ¿Expansión interminable y despilfarro de recursos, o rechazo de las imperfecciones humanas en pos de una divinidad inalcanzable? Elegimos el primero y como primero acariciamos. Saqueamos y saqueamos mundos enteros, y ni una sola vez sentimos el peso de la culpa. Y ahora, la ira inhumana de los alterianos se despliega ante mis ojos. Por muy honorables y justos que sean, nunca su reacción había sido tan cruel.
Me pregunto mientras miro al cielo, sabiendo que este planeta pronto dejará de existir. No importa de qué lado se desarrollen los acontecimientos por venir, te lo ruego: une de nuevo a la humanidad, aniquila a los que se interponen en el camino y libéranos de nuestras cadenas ancestrales. Pero, sobre todo, te pido perdón por el hombre que una vez fui.
Que el horizonte nunca vuelva a verse tan roto.
*** Fin de transmisión ***
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